Y siendo verdad que algo oculto para mí es sólo visible para los demás, algo de cierto tendrá su percepción sobre mí, aunque yo no me reconozca en ella, sin que esto quiera decir que yo sea exactamente eso que otros perciben y no lo que yo creo.
Pero, ¿y para mí?. Pues espero que lo importante sea lo que yo creo que soy, sin olvidarme de que también soy eso que otros dicen ver, y sin olvidarme de que sólo yo conozco partes de mí ocultas para todos los demás.
Resulta que al final la respuesta es diferente según quien la responde. Esto no significa que no somos, y aunque es verdad que somos distintos depende dónde y depende de con quien, en parte por esas percepciones y expectativas que se tienen sobre nosotros y que intentamos satisfacer y reforzar, también es verdad que somos fundamentalmente lo mismo a pesar de esos cambios.
¿Quién eres? ¿quién soy? puede que no sea tan importante la respuesta a esas preguntas como lo qué eres contigo mismo y lo qué eres con los demás.