viernes, 10 de septiembre de 2010

Acerca de las elecciones

Qué rápido pasa el tiempo. Personalmente percibo que fue hace no demasiado tiempo cuándo eramos bombardeados por campañas publicitarias que intentaban vendernos un programa falso, o mejor, comprar nuestro voto a cambio de unas pocas mentiras. Programas llenos de respuestas y propuestas que ellos saben que no van a cumplir y que la mayoría nisiquiera  no va a leer, cuánto mucho menos valorar. (por diferentes motivos: unos tienen muy claro a quien votar, escriban lo que escriban en su programa, otros no tienen ganas, otros no tienen interés, otros evitan perder su tiempo leyendo mentiras, y propuestas que no se van a  cumplir)

Dentro de no demasiado tiempo, volverán a pedirme mi voto, o lo que es lo mismo, vólverán a pedirme que delegue mi responsabilidad en alguno de los grupos que se forman para la ocasión, y que consideran que pueden gestionar mi responsabilidad mejor que yo mismo, que se consideran más capaces que yo para ejercer e implementar mis responsabilidades y que se perciben como los mejores para llever a cabo esta tarea. Quieren, ni más ni menos, que les ceda mi capacidad de decisión, o lo que es peor, que mis decisiones se limiten a elegir a uno u otro grupo. Para tenerme contento, me dejarán hacerlo cada cuatro años.

Toman nuestros pequeños poderes individuales para juntarlos en un poder más grande, y poder así hacer y deshacer, bajo el techo del bien común, lo que les venga en gana. Poder del que tienden a abusar, al amparo del reconocimiento percibido de que son los mejores para ejercer ese poder porque el pueblo los eligió a ellos y no a los otros, olvidándose de las promesas realizadas para comprar ese poder, y del supuesto fin de este modelo, que no debiera ser otro que el de conseguir lo mejor para el pueblo que les dió ese poder.

Poder que, a menudo, les hace olvidar lo que un día fueron y por lo que un día lucharon. Poder que borra todas las intenciones y les convierte en conservadores de poder, que no es otra cosa que hacer y decir todo aquello que les permita seguir ocupando ese puesto. Para ello insultarán, mentirán, robarán y harán todo lo necesario para seguir ocupando esa posición que ellos perciben como un privilegio, y que convierten en un privilegio.

Poder que cambia y destruye principios e ideologías.

Dentro de poco, volverán a pedirme mi voto, mi pequeño poder individual, mi pequeña capacidad de decisión. Y lo harán con estrategias sucias, campañas que tienden a mostrar defectos de los demás más que virtudes propias, que tienden al desprestigio ajeno en lugar de buscar la excelencia propia.

Tienes que ejercer tu derecho a voto nos dicen, convirtiéndolo en un deber u obligación en lugar de un derecho. Sino votas, luego no tienes derecho a criticar o quejarte. Saben que una abstención masiva sería el mayor fracaso posible para ellos, pues sin nuestros pequeños poderes no son nada.

Puedo ejercer mi derecho a no votar. Y yo que no voto, y no delego mis responsabilidades, y no cedo mi capacidad de decisión, y no vendo mi poder, soy el que precisamente puede criticar todo aquello que me parezca criticable, puesto que yo no le dí mi voto a ningún grupo para que use, o abuse, de mi pequeño poder y capacidad de decisión.


http://www.youtube.com/watch?v=V6utUhKD2QY
http://www.youtube.com/watch?v=l7XrKzb1hXc&feature=related

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